111, 222, 333, 444, 555…
Estos eran los números que resultaron asignados a aquellos pobres desgraciados, los cuales eran inocentes y la justicia los declaró criminales.
El único crimen que cometieron fue fallecer.
La parca se los llevó, sin preguntar… 1, 2, 3…
Lentamente caían en brazos de la perfecta sombra del infinito, la cual ni rencor ni alma poseía, y su único objetivo fue restar…
Restar felicidad.
Joana Cortés Picornell 2ºESO
IES Valle del Jiloca